Nombre del autor: Philippe
Meirieu
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Nombre del texto y páginas: aprender, sí.
Pero ¿Cómo?
Páginas. 115-139.
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Ideas principales:
El camino didáctico
1. La necesidad de
definir y de clasificar los objetivos
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Son conscientes de que siendo buenos maestros, estrictos
en sus objetivos y sus métodos, es como tienen una posibilidad de causar
cierto impacto sobre algo que no sean los aprendizajes propiamente escolares.
·
Resulta que el objetivo, si ha surgido del consenso, no
señala los medios para su realización, y presentimos que hay que ser todavía más
precisos.
·
Un objetivo general capaz de acercarlos, de manifestar
una exigencia común a los ojos de los alumnos y de movilizarlos de forma
eficaz.
·
Por otro lado el objetivo se les comunicara claramente
y serian inducidos, con regularidad, a hacer una evaluación sobre su progreso
en este campo.
·
Pudieron medir la necesidad de esta exigencia; dar a
conocer siempre a los alumnos, lo más precisamente posible, el resultado esperado les empujaba a ellos mismos hacia el
rigor didáctico.
·
En efecto, el principal interés del análisis por
objetivo: proporcionan a la vez, un referencial y un referente, un
instrumento para la gestión de una pedagogía diferenciada y un soporte para
la negociación de una pedagogía contractual.
·
Al mismo tiempo, la presentación de los objetivos
permite que el diálogo formador/alumno no se refiera a meras impresiones o a
lo ya sabido por uno u otro; concreta y aclara en la relación pedagógica la
mediación por el saber.
2. Un dispositivo
didáctico no se genera por la definición de un objetivo, sino por la
hipótesis de la operación mental necesaria para alcanzarlo.
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Esto se enfrenta sin embargo a dos dificultades graves:
primero, la especificación propuesta, si la empujamos hasta su extremo
natural. Plantear con exactitud todo lo que se debe hacer equivale casi a
realizar el trabajo hasta en sus más mínimos detalles.
·
Pero todas las actividades que describen no pueden dar
cuenta, de las operaciones mentales que sólo son, como muchas meras
manifestaciones externas. Porque lo que es importante en una relectura, es
tener los criterios, estar capacitados para poder hacer uso de ellos.
·
Todo aprendizaje se efectúa así: lo que lo constituye
es irreductible a las descripciones comportamentales que se puedan hacer.
·
Entre los comportamientos observables y el gesto mental
que los soporta solamente hay una ruptura, un salto cualitativo.
·
De este modo, acceder al teorema de Pitágoras o la técnica del resumen de texto solo es
posible si ponemos en práctica una operación mental que dará sentido y
organizará todas las actividades escolares.
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Podríamos incluso sofisticar el dispositivo y,
conservando el principio de la rotación, especificar diferentes funciones
criticas así habiendo sido el alumno sucesivamente <el crítico que lo sabe
todo >, <el que no sabe nada>, < el que no está de acuerdo>.
3. Para una
tipología simple de las operaciones mentales solicitada por el aprendizaje, así
como de sus dispositivos correspondientes.
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Hay también un giro considerable de la energía didáctica
que, a fuerza de intercambiar la cuestión de los métodos por la delos
objetivos, acaba por confundir los unos con los otros.
·
Por eso nos ha parecido útil proponer una tipología de
las operaciones mentales requeridas durante los aprendizajes que responde a
tres condiciones.
·
En primer lugar, nos parece que esta tipología debe ser
lo suficiente sencilla como para poder asegurar su utilización por parte del practicante.
·
Por eso pensamos que es importante resituar las
prácticas de formación de los maestros alrededor de los métodos de resolución
del problema.
·
Tres condiciones que deben regularse recíprocamente y
sin cesar: la facilidad solo es, en efecto, tolerable si no está en
contradicción con las claves de la búsqueda fundamental y si genera prácticas
efectivas.
·
La primera clase de operaciones mentales es la de
deducción: es el acto intelectual mediante el cual el sujeto es llevado a
inferir una consecuencia de un hecho.
·
Así pues en la clase, el papel del maestro es el de
organizar experiencias materiales y sociales que sean ocasión del progreso
pero que garanticen al mismo tiempo la impunidad.
·
Pero la deducción no es la única operación mental a
desarrollar en el alumno.
·
El alumno
presenta dificultades para inducir y solo ve en el concepto un hecho más que
enunciará siendo completamente inconsciente de su status particular.
·
La deducción pasa de lo uno a lo múltiple, la de
inducción lo múltiple a lo uno.
·
La inducción es, como vemos, una operación fundamental
en el sentido en que permite acceder a la abstracción y en consecuencia ir más
allá de la opacidad del mundo.
·
Hay que establecer un dispositivo en donde las
preguntas de Sócrates aparezcan como estructuralmente necesarias.
·
Hay que evocar finalmente una operación mental que
utilizamos bien poco debido a que con frecuencia es considerada como natural
y regalada al mundo.
4. Volviendo a la
reflexión del principio esencial.
·
En la mayoría de las actividades escolares, las
operaciones mentales requeridas están estrechamente vinculadas y son
difícilmente aislables.
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En este caso, lo más sencillo es identificar la operación mental dominante y organizar
el dispositivo didáctico a su alrededor, aunque, parezca, en ciertos
aspectos, arbitrario.
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Porque un contenido no es nunca simplemente un conjunto
de materiales puestos en práctica mentalmente evocados y estructurados por el sujeto como lo explica A. de la
Garanderie.
·
Ninguna operación mental puede ponerse en práctica sin
contenido.
5. Propuesta: un
esquema general para la elaboración didáctica
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J. P. Astolfi, el primer trabajo es depurar este
conjunto, hay que despedirse de todo lo inesencial que nos gustaría decir en
una lógica expositiva.
·
El tratamiento de estas nociones es impuesto por un
programa al cual ellas se centran.
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En suma, el primer tiempo del procedimiento didáctico
consiste en hacer el inventario de un número limitado de nociones esenciales.
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El segundo tiempo del procedimiento didáctico: se trata
de trasformar una noción-núcleo en una situación-problema y de proporcionar a
los alumnos, un conjunto de materiales manejables a partir de una
consigna-meta.
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El interés de una situación-problema, radica en que
permite la implicación del sujeto, es de riqueza considerable, pero al mismo
tiempo es también una limitación.
·
Este es pues el camino didáctico, un camino que no
debemos cesar de recorrer pero que, ya nos habremos dado cuenta, no puede ser
concebido en términos de sentido único.
·
Cuadro N° 5
Operacionalización
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Decantarse por un objetivo a adquirir.
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Cuestionarse sobre la operación mental
·
Formalizar el plan general del procedimiento de
aprendizaje.
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¿Qué operación debe
hacer el sujeto a fin de acceder a la adquisición propuesta?
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1. Deducir
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2. Inducir
·
3. Dialectizar
·
4. Disentir
·
¿Qué tipo de
dispositivo hay que elaborar?
·
Experimentación de las consecuencias.
·
Confrontación de los materiales.
·
Interacción de los elementos.
·
Encuentro con lo inesperado.
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3. Las estrategias
de aprendizaje
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“La estrategia supone la aptitud del sujeto para
utilizar, en la acción, los determinados y casualidades exteriores, y podemos
definirla como el método de acción particular de un sujeto en situación de
juego…” E. Morin
1. Un breve ejercicio de aproximación a las nociones de
competencia, capacidad y estrategia
·
Todo ejercicio es convencional.
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domingo, 3 de julio de 2016
PLANEACIÓN EDUCATIVA UNIDAD II Y III
REPORTE DE LECTURA PHILLIPPE MEIRIEU
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